LA DIGNIDAD HUMANA, EL CAMINO QUE HEMOS DE TRAZAR
Javier Hernández
Cuando reconocemos nuestro pasado y asimilamos nuestro presente, podemos
trazar una
carta de navegación que nos lleve por el camino escogido. Debemos crear,
apoyar y
fomentar procesos de cultura que revitalicen y fortalezcan nuestra
identidad cultural,
porque reconocer nuestras riquezas permite un intercambio más eficaz
con las demás
culturas, el espejo del otro nos muestra el reflejo de lo que somos.
Pero esta Carta de navegación debe responder esencialmente a nuestras
necesidades.
Vivir en ciudades cada vez más pobladas requiere políticas dignas y
proyectos de
urbanización que respondan a nuestro estilo de vida, espacios libres
de contaminación
visual, auditiva, y aérea. No podemos seguir Imitando procesos culturales
europeos y
norteamericanos. "América vive saltando etapas, apresurando el paso
y corriendo de una
forma en otra, - dice Alfonso Reyes- sin haber dado tiempo a que madure
la forma
precedente. A veces, el salto es osado y la nueva forma tiene el aire
de un alimento
retirado del fuego antes de alcanzar su plena cocción."3 Estas imitaciones
no respetan el
devenir histórico de nuestra gente. Las políticas estatales están siempre
midiendo camisas
ajustadas, impiden que la verdadera cultura de la diversidad respire.
El avance
desproporcionado hacia el primer mundo no permite que se potencien
las verdaderas
identidades que exigen nuestras culturas. Es por eso que nuestra nueva
carta de
navegación debe tener como eje central lo que verdaderamente somos:
Una mezcla
diversa de grandes potencialidades. La misma que se mueve en ciudades
densamente
pobladas y requiere con urgencia poner en juego sus valores y costumbres
para construir
su nueva realidad.
3
Torres D. Oscar. Antología del ensayo en Colombia (Selección, Introducción y Presentación de Oscar Torres Duque), Página 343. Rafael Gutiérrez Girardot.